¿Qué tanto sabemos sobre Elena Garro?
Omar Alcántara Islas

Dentro de la literatura mexicana, quizá hayan sido pocos los casos en los que la vida privada de un escritor, o una escritora, haya desplazado de una manera vehemente el interés por su obra literaria. Sin duda, Elena Garro es uno de estos casos, lo que es comprensible si tomamos en cuenta el momento histórico que le tocó vivir y los personajes de la cultura y la política mexicana a los que fue cercana, para bien o para mal.

Sin embargo, y como lo viene haciendo desde el 2002, año en el que publicó Testimonios sobre Elena Garro. Biografía exclusiva y autorizada de Elena Garro, Patricia Rosas Lopátegui se ha mantenido constante en su vocación por desenterrar, desmitificar, y en algunas ocasiones enredar más, lo que ocurrió en la vida íntima de la escritora poblana. No obstante, son más las virtudes de su insaciable investigación. A partir de ésta, sin dejar totalmente de lado la vida personal de Garro, ha descubierto a los interesados en la obra de esta extraordinaria escritora, no sólo vivencias, sino también documentos invaluables. Ya había ocurrido hace tres años, con la recopilación que hizo la misma Patricia Rosas Lopátegui de la obra periodística de la dramaturga. Ahora, con Yo quiero que haya mundo… (libro que toma su título de la obra de teatro más destacada de Garro: Un hogar sólido) se nos presenta un extenso volumen, del que muy bien dice Víctor Hugo Rascón Banda en el prólogo, podría titularse: Enciclopedia de Elena Garro.

En sus casi setecientas páginas, no sólo se nos da un testimonio de la importancia de Elena Garro en el teatro mexicano, sino que también se nos brinda la oportunidad de presenciar lo que puede ser una investigación minuciosa en grado superlativo, compuesta por una impresionante cantidad de reseñas, artículos, ensayos, programas de mano, cartas, memorias…

La escrupulosa investigación abarca desde las notas periodísticas de los días posteriores al 19 de julio de 1957, “[día] en el que Elena Garro entró oficialmente en el mundo de las letras”, como lo dice la autora en su presentación (sin omitir, claro, la intensa labor anterior de Garro como periodista), hasta los ensayos presentados en la celebración que organizó el INBA por el quincuagésimo aniversario de la dramaturgia de la escritora, en 2007. Casi todo lo que se ha dicho sobre su producción dramática a lo largo de estas cinco décadas, está aquí. Pero si los títulos muchas veces delatan el contenido de los libros, en este caso no es así: el vasto tomo incluye un par de decenas de ensayos sobre su narrativa, un par sobre su poesía e incluso “Un cuento y dos textos teatrales en torno a Elena Garro”.

Si el afán principal de Patricia Rosas Lopátegui consistió en hacer visible la obra dramática de Elena Garro y toda su pasión por el teatro, quizá indirectamente haya ido más allá de eso: al mostrarnos lo que dijeron alguna vez sobre la obra escénica de Elena Garro importantes críticos y escritores como Luis G. Basurto, Juan García Ponce, Wilberto Cantón y Salvador Novo (por mencionar sólo a algunos), hasta llegar a décadas más recientes, en donde se destacaría la presencia crítica de Olga Harmony o Silvia Molina (por mencionar a “algunas” –lo que también es indicador de cómo han cambiado los tiempos), bien se podría tejer, a partir de esta obra, una crónica o investigación sobre cómo ha cambiado la manera de analizar y percibir el teatro en nuestro país.

¿Qué tanto sabemos sobre Elena Garro? Quizá muy poco de lo que en su vida fue lo más importante: su literatura. En torno a ella, este libro nos lleva a aclarar, sin agotarlos, muchos de sus misterios.

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