Semanario Bitácora Cultura y tiempo libre en Baja California Número 496 Miércoles 23 de agosto http://www.bitacoracultural.com/colaboracion1.html |
Elena Garro en nuestra Democracia* Ayer martes se cumplieron 8 años de la muerte de quien es considerada la mejor novelista mexicana del S. XX Por Vianett Medina Valencia El 13 de julio pasado el IFAI (Instituto Federal de Acceso a la Información), organismo para la transparencia, aseguró haber descubierto que Elena Garro había sido espía para el gobierno federal en los sesenta (vaya acusación para una activista pro presidiarios y campesinos), sentencia que resulta absurda por su brillo oportunista en medio del desbordado espectáculo postelectoral. Por su poco peso, la novedad se esfumó del escenario político. La calumnia dejó una efímera herencia: varios periodistas especulando secuencias (exprimidas) de la nota y, en menor número, algunos convirtiéndose en nuevos lectores de la obra de la prolífica dramaturga y periodista. A un mes de agitada la memoria de quien ha sido considerada la mejor novelista del siglo XX mexicano por Recuerdos del porvenir, la voz de Elena Garro resuena no con la superficialidad de la oportunidad noticiosa que la colocó ese jueves en primera plana de algunos diarios (y noticiarios) con desinterés biográfico. Una madura biógrafa de Garro, Patricia Rosas Lopátegui, autora del libro El asesinato de Elena Garro, con motivo del aniversario luctuoso de Elena comparte con lectores de Bitácora un recuento de la contribución de la novelista injustamente desconocida en su patria. "22 de agosto de 2006. Hace ocho años que Elena Garro abandonó el mundo de las apariencias. Pero antes de irse nos dejó su legado: novelas, relatos, piezas teatrales, poemas, guiones cinematográficos y artículos periodísticos, en donde expuso con una mirada crítica, mordaz y poética, la condensación más precisa de lo que es México, sus mitos y sus habitantes (Los recuerdos del porvenir); la opresión y las arbitrariedades de la sociedad patriarcal (Busca mi esquela, La señora en su balcón, El rastro o Los perros); la traición a los ideales revolucionarios que trajo consecuencias nocivas en el proceso democrático de México, y que persiste hasta hoy en día (Felipe Ángeles); la corrupción de los oligarcas y funcionarios ("Invitación al campo"); los crímenes y la impunidad padecida por los indígenas ("El anillo"); el racismo y el clasismo que divide al país (Benito Fernández, La dama boba o El árbol) ... y la lista se vuelve interminable porque Elena Garro lo vio todo y escrituró ese mundo que le tocó vivir. Este legado sólido la coloca en el terreno de las letras universales." En la sociedad que admite la igualdad de los géneros, sin promoverla; que anima la participación femenina en el ámbito público, sin renunciar a sus estereotipos; que utiliza la moderna jerga incluyente aun en política, sin ceder poderes; la escritura de Elena desbarata (des-garra) el falso discurso de una democracia. "Yo no creo en la democracia. Es la dictadura de los escribanos: sentados en sus pupitres garabateando a la sociedad para enredarla hasta que esté atada de pies y manos y lista a ser degollada." En el aniversario
de su muerte, Elena puede recordarse como una necesaria protagonista "revoltosa"
que, desconfiando de la democracia, contribuyó a ella con su protesta.
En tiempos de desobediencia civil y resistencia, Elena Garro, como entusiasta
espectro, permanece en la lucha histórica por la democracia.
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