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Quince escritoras mexicanas, en una recopilación transgresora
de Rosas Lopátegui
Armando Ponce
MÉXICO, D.F., 11 de marzo (apro).- Cayó en blandito, en
el Día Internacional de la Mujer, la recopilación de textos
sobre 15 escritoras mexicanas nacidas entre 1900 y 1946, realizada por
la investigadora de la Universidad de Nuevo México, Estados Unidos,
Patricia Rosas Lopátegui.
En 1975 se realizó en México el primer día festivo
de esta naturaleza y entonces, como hoy, Bolivia con Evo Morales, pero
con una mujer, asombró al mundo: Domitila Chúngara (Potosí,
1937), esposa de un minero, rompió con todos los moldes al hablar
en defensa de su marido y su gremio explotado.
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Feminine Transsgression/Transgresión Femenina es
el volumen de 489 páginas que Rosas Lopátegui, biógrafa
de Elena Garro, así como de su hija Helena Paz Garro, publicó
en la Editorial Floricanto de Mountain View, California, Estados Unidos,
y vino a presentar a México en la Feria Internacional del Palacio
de Minería, en febrero pasado.
Las escritoras-transgresoras que Rosas Lopátegui escogió
son: Antonieta Rivas Mercado, Nellie Campobello, Guadalupe Dueñas,
Josefina Vicens, Elena Garro, Guadalupe Amor, Rosario Castellanos, María
Luisa Mendoza, Amparo Dávila, Inés Arredondo, Luisa Josefina
Hernández, Elena Poniatowska, Beatriz Espejo, Helena Paz Garro
y Silvia Molina.
La estructura del libro es interesante porque no se trata solamente de
recopilar textos; además, la profesora veracruzana (1954) de literatura
mexicana y latinoamericana, residente en Nuevo México --quien coordinó
el volumen reciente que el Fondo de Cultura Económica dio a la
luz sobre el teatro completo de Elena Garro--, amén de participar
también con textos suyos, incrustó una necesarísima
bibliografía selecta de las literatas al final de cada apartado.
El prólogo es del escritor René Avilés Fabila, que
como bien se sabe fue entrañable amigo de Elena Garro y uno de
los promotores para que la autora de Los recuerdos del porvenir pusiera
fin a su autoexilio parisino y retornara a México.
Las autoras de los ensayos son: Adriana Herrera Téllez,
Ermilo Abreu Gómez, Carmina Mignon, Reynol Pérez Vázquez,
Gerardo Bustamante Bermúdez, E. Carmen Piñera, Esmeralda
Ceballos, Raúl Uribe, Elvira García, Gilda Luongo Morales,
Carlos Loya, Leticia Romero Chumacero, Alberto Chimal, Mariana Libertad
Suárez, Evodio Escalante, Ansa Gabriela Hernández, Mara
L. García, Kristen F. Nigro, Estela Leñero Franco, Carlos
Rojas Urrutia, Teresa Dovalpage, Sandra Montoya, Armando Ponce, Alfredo
Cabildo Salomón y Vianett Medina.
En su presentación, Rosas Lopátegui asienta: “En 1929,
Virginia Woolf, una de las escritoras más relevantes e innovadoras
del siglo XX, preocupada por la condición femenina, aseveró
que ‘para escribir novela, una mujer debe tener dinero y un cuarto
propio’. Sin duda alguna, la autora inglesa tenía y sigue
teniendo razón.
Lo ideal sería que la mujer gozara de los mismos derechos y privilegios
de los que han disfrutado sus compañeros varones en la vida económica,
política y cultural a lo largo de los siglos. Pero la realidad
ha sido otra, sobre todo en la literatura mexicana, dominada por los preceptos
patriarcales impuestos a través del cristianismo católico,
legado de la Conquista española.
“Desde Sor Juana Inés de la Cruz las mujeres creadoras en
México han sorteado toda clase de malabarismos para poder producir
su obra. En esta antología se estudian 15 escritoras mexicanas
nacidas entre 1900-1946; autoras que, a contracorriente, han enfrentado
y desafiado el statu quo creando una literatura femenina de primer orden
(…), son iconos de la creatividad, irreverencia y lucha en México,
trascendiendo fronteras gracias a sus aportaciones literarias.
“Algunas de estas escritoras tuvieron que hacer su obra con más
dificultades que otras, dependiendo de su circunstancia personal, pero,
sobre todo, del tiempo en que les tocó vivir. Antonieta Rivas Mercado
escribió huyendo de su marido y de los funcionarios corruptos que
le robaron las elecciones presidenciales a José Vasconcelos en
1929; Nellie Campobello, que vivió la Revolución Mexicana
en carne propia y los ideales del villismo, escribió estigmatizada
por la historia oficial que había diabolizado a Pancho Villa; Guadalupe
Amor creó sus poemas, a pesar de que los hombres envidiosos de
su talento intentaron desprestigiara por haber desenmascarado la hipocresía
de los señores moralistas; Elena Garro escribió gran parte
de su producción literaria en el exilio, a salta de mata, con esa
determinación poderosa que sólo produce la verdadera creación.
“Con o sin cuarto propio, con o sin dinero, esta antología
sobre estas 15 escritoras mexicanas demuestra que las mujeres han escrito
siempre, aun en las circunstancias más adversas, y ese es su gran
mérito. Esta compilación de textos alrededor de su obra
les rinde un homenaje.”
En el prólogo de Avilés Fabila se lee sobre el libro: “Es,
desde la perspectiva político-social, una enorme aportación
que asimismo repercutirá en la guerra final, donde hombres y mujeres
harán su esfuerzo para dar paso a una humanidad de pares, sin una
división ridícula del trabajo, donde ambos compartan las
tareas y dejemos de lado que muchos suponen que Dios es varón.”
Fiesta femenina que podría rubricarse con la célebre frase:
“Dios es negra”. |