“La violencia de género no ha desaparecido”Entrevista. Publica antología Óyeme con los ojos. De Sor Juana al siglo XXI Patricia Rosas Lopátegui, escritora. Foto: Público
Con el propósito de celebrar las contribuciones que han hecho las mujeres a las letras mexicanas, Patricia Rosas Lopátegui tuvo la idea de realizar la antología Óyeme con los ojos. De Sor Juana al siglo XXI (Universidad Autónoma de Nuevo León. México, 2010). En los dos tomos del libro se muestra la obra de 21 escritoras mexicanas. Desde Sor Juana, Nahui Olin, Antonieta Rivas Mercado, Nellie Campobello, Guadalupe Dueñas, Rosario Castellanos, María Luisa Mendoza, Luisa Josefina Hernández, Amparo Dávila, Inés Arredondo, Elena Poniatowska, Cristina Rivera Garza, Ana Clavel hasta Liliana V. Blum, entre otras. ¿Considera que ha habido cambios en la manera en que la sociedad percibe a las mujeres? Desde luego que sí. Claro que no podemos comparar lo que le tocó vivir a Sor Juana y a las autoras que mencionas. Ahora las mujeres ya pueden ser vistas como profesionistas. Pero esto no quiere decir que los cambios fundamentales se hayan dado. Todavía seguimos regidos por parámetros machistas, me atrevo a decir que vivimos en una sociedad misógina como la de Sor Juana, porque si no cómo nos explicamos los feminicidios que ocurren. La violencia de género no ha desaparecido y hay momentos en que se agudiza porque ahora la mujer si no tiene una relación positiva con su pareja tiene el poder de divorciarse, y eso enerva a los hombres al no poder controlar o poseer al objeto femenino. Desde luego que hay muchos factores que determinan la violencia de género. ¿Cómo considera la celebración del Día Internacional de la Mujer? Me parece totalmente demagógica. Estas conmemoraciones son totalmente irrelevantes porque los cambios fundamentales tienen que darse en otras esferas. En el caso de la violencia de género, las leyes que nos rigen son creadas por hombres; seguimos viendo que si un hombre golpea a una mujer y la mata, enfrenta un proceso judicial que puede dejarlo libre en poco tiempo. Pensemos también lo que ocurre cuando se comete una violación. Lo cierto es que nuestras leyes no protegen ni están combatiendo la violencia de género. ¿Cuál es la raíz del problema? La religión ha tenido mucho que ver. Estamos regidos por un cristianismo misógino sexista. Mary Carmen S. Ambriz |